Y entonces… pasó

¿Alguna vez han escuchado a alguien decir: “para una empresa usted es un número más“? Yo sí y un montón de veces, lo que pasa es que uno esta tan acostumbrado y confiado en un lugar que piensa ”no, eso a mi no me va a pasar”, pero se los digo… pasa.

Hace casi dos meses me despidieron de mi trabajo, un día común y corriente, haciendo cosas del día a día, un día normal como cualquier otro, a las 5 pm ya no tenía trabajo.

Muy pocas personas lo saben, realmente lo quise mantener muy en secreto porque para que vamos a mentir, es vergonzoso y no es algo que uno quiera contarle a las personas, porque se siente como un fracaso.

Lloré, me puse triste, me puse feliz, me burlé, lloré otra vez, y así en ese círculo durante unos días, pero no voy a mentir, tengo un grupo de apoyo bastante fuerte que estuvieron todo el tiempo para mi y estoy segura que eso me mantuvo y mantiene bien. (Si están leyendo esto, gracias LOS AMO)

Recuerdo que unos meses antes hablando con mi mamá, yo le decía que quería encontrar otro trabajo, un trabajo donde me sintiera feliz, plena y donde pudiera ser escuchada, lo que es la vida y lo que es Dios que de fijo me estaba diciendo: “va a pasar pero primero te voy a quitar tu trabajo, porque ese trabajo que me estás pidiendo es la próxima puerta que se va a abrir, solo que todavía no lo estás viendo”.

Y así fue, ese trabajo que quería, soñaba y pedía se estaba formando con unas ideas que tenía sobre emprender y hacer lo que me gusta.

Hoy, les puedo contar que emprendí y ahora mi trabajo es para mi, hago lo que me gusta que es marketing y para ser sincera y estar empezando en este mundo, las cosas no pueden ir mejor.

La vida es un constante cambio, son oportunidades, son decisiones, uno puede decidir que quiere y como lo quiere y se necesitan ganas y trabajo para que las cosas se hagan realidad, pero como dicen el que quiere, puede y siempre se puede.

Todos los días tomamos decisiones: ¿cómo me voy a levantar hoy, feliz o amargado?, ¿cómo voy a tratar hoy a los demás?, ¿qué voy a hacer hoy para ser mejor?, ¿qué voy a desayunar?, ¿quiero tomar café con leche o solo?, son mini decisiones que uno toma diariamente y en todo momento que a veces no nos damos cuenta, pero nuestra vida está en nuestras manos y nadie más puede tomar las decisiones por nosotros, como el típico dicho tico “nada escarmienta en cabeza ajena” y cómo nos lo otorgó Dios el libre albedrío.

Hoy los animo a tomar decisiones que los hagan felices, a arriesgarse y ver el lado positivo de las cosas, porque lo prometo siempre que pasa algo “malo” es porque viene algo bueno y todo lo que nos pasa nos deja una lección, pero lo más importante es que siempre podemos tomar la decisión de como queremos actuar ante esa situación.

Nos hablamos en mi próximo blog.

Con amor,

Nati